Curso 2023-2024
“Para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar”
(Mc 3,14)
En todos los momentos de la vida, pero especialmente al comenzar de nuevo el curso, se hace necesario volver a nuestra Galilea particular, al lugar del encuentro con el Señor, donde sucedió para cada uno de nosotros el gran cambio en nuestra vida. Este momento, que ojalá podamos documentar en el tiempo, nos permitió acoger el don de la fe, que llenó nuestro corazón y nos abrazó.
Volver a este primer Amor es una condición necesaria para afrontar el día a día, con sus dificultades y contratiempos, que todos tenemos, diferentes en cada etapa de la vida. Y este volver a ese Amor, o lo que es lo mismo, la conversión, está íntimamente relacionada con la llamada que nos hace el Señor: enviados a nuestro mundo, abiertos a todos, para una sola cosa, abrazarles.
«¡Id!«, es la gran llamada con la que el Maestro nos interpela, cargada de una promesa: llevamos ese primer encuentro con nosotros, y, por tanto, la Presencia de Cristo. ¡Esta es la promesa más fascinante! Cuando vamos al trabajo o a la universidad, al estar en casa o en el colegio, cuando paseamos o en el sillón de casa, Él va contigo, con cada uno de nosotros, queriendo hacer Sus obras o incluso mayores, en este mundo sediento de Amor.
En medio de esta encrucijada en la que vivimos, cada uno de nosotros estamos llamados a estar en los cruces de los caminos, o mejor dicho, ser cruce, que predica, esto es, que apunta, que señala hacia un lugar, que no es otro que la casa donde puede suceder ese encuentro, la Iglesia, tu parroquia. Esta misión es responsabilidad de todos, ya que todos vemos a tantos que aún no han experimentado ese encuentro con el Maestro y el Señor.
Y tú, ante esta ausencia de Su Presencia en el mundo, ¿puedes dormir tranquilo?
En esta época en la que vivimos, con tantas crisis que percibimos en el mundo, que son las que existen dentro del corazón de cada hombre, se hace cada vez más urgente que aquellos que nos hemos experimentado como salvados por Su Amor, demos una respuesta, personal y comunitaria, y por ello, tendamos una mano, demos un abrazo, mostremos una razón para estar alegres y en paz. ¡Adelante!
¡Feliz curso y nos encomendamos a San Miguel Arcángel y a nuestra Madre, bajo la advocación de Ntra. Sra. del Retamar, patrona de Las Rozas!
José Antonio Buceta Toro
Párroco de San Miguel Arcángel de Las Rozas